mis
manos borrachas
arrulladas
por el oleaje
tropiezan
temblorosas
en
tu sonrisa sin prisa
tristes
palmas callosas
aferradas
al baston de tu esperanza
en
las orillas de tu mirada ázul
manos
sin palabras y uñas ciegas
recorren
el desierto de tu piel
desorientadas
ebrias
buscan
el oasis de tu memoria
dedos
que teclean tu imagen
en
los versos de mi epitafio
juan francisco, marzo 2017